domingo, 7 de noviembre de 2021

DE REPENTE

Que me vienen de repente unas imágenes sueltas, un par de confesiones, unos cuantos secretos o una lista de preguntas. Que se me da esto de hablar como soltando ideas, que mis dedos a veces piensan. Que también es un primer paso, si se quiere, otra manera de escribir lo que se escribe. Que freno y retomo. Que acá sigo. Que por eso lees esto. Que es un brinco irresponsable, como el de aquel que salta del balcón a la piscina o que se trepa al techo por la pared de afuera. Que hay tiempos prudenciales, que la prudencia a ratos me cuesta. Que me demoro pensando, que también me puede el impulso. Que le escribo a una sonrisa y a un perfil y a una mirada y a un chat y a una cara de lado y a un saco animal print. A una cerveza dejada a medias, como las historias que volverán luego, que solo están dando una vuelta. A un sofá que no gusta, a una ventana abierta. A unos maullidos, a una pared con ciervos de madera. A una bailarina atrofiada, a una puerta que no se le abre a cualquiera. Hay puertas que no se le abren a cualquiera. A una lágrima cantada, a unos gestos que tanto cuentan. A unas ganas que de a poco aumentan. A dos primeros besos, el segundo es el que cuenta. A una escalera, un andén, una matera, unas pisadas, unos tenis blancos, unas rimas extranjeras. Unas cerámicas, un dibujo, una cartelera, un ascensor o veintidós pisos por la escalera. A veces soy solo un extraño escribiendo a la ligera.

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