miércoles, 14 de febrero de 2024

A QUIEN CORRESPONDA

 


Le escribo a un vacío, a alguien que no me lee pero que me esfuerzo en creer que por acá sigue. No sé si lo que escribo va dirigido a otro o a mí, que también he sido presencia ausente este año. No sé si aquel que no me lee reposa en un árbol o lo contempla. Contemplación que se vuelve mirada inquisidora en un parpadeo y por eso los ojos abiertos, no para no perderse de nada sino para intentar olvidar tanto, que no todo. 


Le escribo al optimista del que perdí el rastro. Le dejo mensajes en buzones por los que espero que pase y los encuentre y entienda la urgencia del SOS ahí dicho. Le escribo con letra minúscula que funciona como grito. Un código morse que sabrá reconocer. 


Le escribo al amor que aguarda. Y mientras le escribo pienso, extraño, suspiro, anhelo; me detengo. 

miércoles, 5 de julio de 2023

BATACAZO

Ahora, justo ahora, soy el condenado al paredón. Espero la orden. No veo nada. Solo espero el momento que transcurrirá diminuto entre la orden y el batacazo. Lo mío no será un disparo que me lleve del todo, dicen que sin sufrimiento. No, eso no será lo mío. A mí me aguarda un batacazo. Será un golpe que me tumbe. Que me haga perder el sentido, la ubicación, la noción del tiempo, la razón, la lógica, el espaciotiempo, la sonrisa, la mirada. ¿Olvidaré quién soy? Me gustaría eso, pero no creo que pase. Después de la aturdida iré volviendo poco a poco. Recuperaré el sentido. Veré borroso. Enfocaré de a poco. Preguntaré por dentro. Sollozaré por fuera. Gritaré en silencio. Y así, lento, muy lento, sabré que no fui a ninguna parte. Me levantaré, retomaré la fuerza, me sacudiré el polvo y seguiré viviendo esperando el próximo batacazo.

sábado, 1 de julio de 2023

AUSENCIA DE MAR

 



Tengo ausencia de mar. Lo sé porque tengo la piel seca y el alma me duele. Tengo ausencia de mar porque adentro hay heridas de agua salada que necesitan ser lavadas antes de curarse. Me arden los ojos fuera del agua y no puedo enfocar bien. Tengo ausencia de mar y me estoy llenando de cosas por decirle; cosas que solo él comprende. Me hace falta su silencio cuando hablamos. Me hacen falta sus abrazos. Su toque mágico. Su roce divino. Tengo ausencia de mar y de entrar de a poco en él para que me lave la arena de mis pies y luego la vida. Antes de bautizarme de nuevo. Tengo ausencia de mar y de sus revolcones que me revitalizan. Extraño sus susurros que me cuentan secretos. Extraño que me diga que todo va a estar bien y creerle. Tengo ausencia de mar y se me siente en la voz. Se me siente en la garganta que le pone freno a lo que quiero que salga. Tengo ausencia de mar y así me ausento también yo. Lo necesito más que nunca. Se me agotó su reserva. Necesito que me devuelva los recuerdos felices. Sus pies en la playa. La arena en su pelo. Su vaivén en el agua. Tengo ausencia de mar y de lo que guarda. Tengo ausencia de mar y necesito zambullirme en él antes de seguir deambulando. Antes de olvidar que sigo vivo. 

miércoles, 14 de junio de 2023

SILENCIO

 


Vuelvo a vestirme de silencio y está mi silencio lejos de ser olvido. Vuelvo a vestirme de silencio y siento que naufrago y entonces me abandono a la deriva. Vuelvo a vestirme de silencio. A esconder la cara. A tapar las cosas. Vuelvo a vestirme de silencio porque el suelo me es inestable, porque las inseguridades asoman. Porque el mundo se sacudió sin avisarme y apenas estaba preparado. Vuelvo a vestirme de silencio en un intento desesperado de ponerle cosas y cosas y cosas y cosas encima a lo que grito bien adentro. Vuelvo a vestirme de silencio como si me gustara ese traje. Como si me gustaran sus telas, sus arreglos, su tiro. Me ahoga, me aprieta, me pica. Vuelvo a vestirme de silencio porque he dicho mucho, porque he contado todo, porque he callado tanto. Vuelvo a vestirme de silencio y no quiero vestirme de silencio. Me pesan sus telas. Me ahogo. Pero no hay de otra, tengo que vestirme de silencio, aprender de nuevo, mirar el espejo donde habita aquel que he querido dejar atrás. Vuelvo a las grietas, a los miedos, a los vacíos. Vuelvo a vestirme de silencio con un taco en la garganta, con un grito gritando, con varios te amo acumulados en varios rincones de varios caminos. Vuelvo a vestirme de silencio cuando tan cómodo me sentía hablando. Cuando creía que valía la pena hablar. Vuelvo a vestirme de silencio para no mostrarme porque temo y cuando tengo miedo lo que mejor me cubre es mi silencio. Vuelvo a vestirme de silencio para esconderme. Vuelvo a vestirme de silencio porque aunque me busco aún no me encuentro. Vuelvo a vestirme de silencio porque no entiendo. Porque pregunto pero no entiendo. Porque me pregunto pero no entiendo. Vuelvo a vestirme de silencio. Vuelvo a vestirme de silencio esperando que alguien venga y me saque de este silencio. 

lunes, 29 de mayo de 2023

QUÉ GANAS

Qué ganas de saber de vos, de escribirte con la simple intención de escribir tu nombre porque me gusta como se me ve cuando lo pronuncio. Qué ganas de verme haciendo las muecas que seguro hago ahora mismo que voy organizando letras: una acá, otra por acá, la otra por este lado. Cada una bien puesta, firme, sólida; y es así como se vuelve un nombre un lugar seguro. Y es así como también es tu nombre un lugar feliz. 

 

Qué ganas de saber de vos, de preguntarte por cualquier cosa para que me hables de cualquier cosa; porque lo que me interesa es saberte por ahí rondando en algún satélite que orbita cerca mientras yo giro y giro y giro a ver si así es más sencillo organizar estas ideas que me visitan sin dejar datos en recepción y que se van alojando en el primer lugar que encuentran. Ideas éstas que llegan para dar vueltas. Qué ganas de dar vueltas con vos; a la cuadra, a la ciudad…a la vida. Porque “vení acompañame allí” es un plan que no tenía en mis planes sin saber que me gustaba tanto. Contigo “Adondesea” es un lugar al que se llega con sonrisas y yo quiero viajar sonriendo. Quédate vos a la ventana que el sol te da bonito como también te da la noche, como también te da la brisa, como también te da la risa. Quédate vos aquí en mi vida, que se nos da bonito esto de sonreír bonito. Quedémonos en esta cajita, elegí el lugar que quieras y ve poniendo tus cosas, en desorden, que luego organizamos lo que venga; y déjame un rincón que desde ahí te cuido. Déjame un huequito en vos que te prometo que ahí me quedo si quieres que me quede. Y quédate vos acá cerquita, que se te da bonito eso de estar cerquita. Que se nos da bonito. Qué ganas de vos, bonita.

 

Qué ganas de saber de vos y de esos besos tuyos que van llegando desde antes de que los labios se toquen. Qué ganas de esas miradas que hablan en susurros. Qué ganas de libros aleatorios y charlas desprevenidas, de páginas abiertas buscando rutas en números fijos. De conversar de lo que llegue. De llegar con vos. Bendito el suelo cuando no es firme. Bendito el mundo cuando se mueve. 


Hay sonrisas que pronuncian nombres, hay relojes que deberían detenerse. Qué ganas de saber a qué sabe un beso en la playa, a qué huele la piel tostada, de saber cómo luce la sal seca. Qué ganas de una ventana a cualquier parte, de un techo que proteja, de un lecho que anote historias, de un lugar que guarde secretos. De una canción que aún no se ha escrito. Qué ganas de saber de vos. Qué ganas de contar el cuento.

 

Qué ganas de abrir los ojos y que a mi lado estés durmiendo.

lunes, 20 de diciembre de 2021

PRIMERAS VECES Y HABITACIONES TEMPORALES

Por si te quedan dudas te lo diré tantas veces: que te quiero y te deseo y que me gustas como esos gustos que aparecen de vez en cuando, cuando uno ni siquiera estaba buscando un gusto nuevo como es este gusto de que me gustes y que me guste lo que sos y cómo te mueves y cómo besas y cómo caminas por la habitación con tu ropa interior tan negra y tan bien puesta y tan ajustada mientras yo te miro y sigo sin creérmela, sin creer que debo creer en los dioses, al menos en un dios amoroso que te mandó a dar vueltas por la habitación para que yo creyera que todo es bonito, como vos, que caminas por la habitación mientras el mundo y yo ardemos. 

Por si te quedan dudas te diré una y mil veces más que soy blando con tus besos y con tu piel y con tu mirada y con ese cariño que vas dando y que se extraña de una manera tan fuerte que me gustaría que fueras yo por un momento para que supieras lo que te quiero decir y que sintieras cómo ese cariño y esa mirada y esa piel y esos besos se fueron instalando por acá adentro. 


Por si te quedan dudas vuelvo y digo que me encantas con tus poros y tus pecas y tus lunares. Con cada pelo nuevo que te nace y los otros tantos que se te van cayendo y se van escondiendo por ahí para aparecer de sorpresa, como si tuvieras todo planeado para que uno diga “por acá está ella, ¡carajo!, sí es que la quiero mucho”. 


Por si te quedan dudas te recuerdo que te mudaste a canciones y a verbos y a deseos. Que te busco en esquinas y te pruebo en gomitas. Que resultaste siendo nuevas costumbres. Que los atardeceres no son los mismos y hasta los grafitis tienen palabras tuyas. Que eres un diccionario de frases nuevas. Que es lindo buscarte para luego enviarte cosas y decirte “aquí estás”. 


Por si te quedan dudas te lo resumo: la vida es más bonita porque estás. 

UNA INVITACIÓN

Te invito a caminar conmigo y no pisar las rayas del suelo y ponernos penitencias si alguno pisa alguna. Te invito a reírnos en cada cuadra y a parar de improvisto para mirar una vitrina o una nube o al cielo o a esa casa o ese edificio. A quedarnos callados y hablar mucho. Y también a reírnos de nosotros mismos. 

Vamos a esos lugares a los que sabemos que iremos aún sin conocer sus nombres y sus historias y que nuestros pies nos guíen mientras nosotros vamos a otro ritmo. Te invito a ser mi ritmo y yo el tuyo. Vamos a esos lugares cuyos nombres pronunciaremos con ese clic de la felicidad adquirida. 


Besémonos en esquinas nuevas y bajo diferentes cielos. Bajo la lluvia y bajo el sol y debajo de aleros o cuidados por la noche. Caminemos de la mano en ese ritmo que solo dos conocen y comparten. Caminemos juntos a pasos cortos y largos y hacia destinos que no importan porque lo único importante que vale la pena es estar contigo y que estés conmigo. Y que se abra la ruta y se pierda el mapa. Y que paremos a descansar y retomemos. Vayamos juntos, adondequiera que sea que igual eres tú el lugar al que siempre valdrá la pena llegar.