lunes, 20 de diciembre de 2021

PRIMERAS VECES Y HABITACIONES TEMPORALES

Por si te quedan dudas te lo diré tantas veces: que te quiero y te deseo y que me gustas como esos gustos que aparecen de vez en cuando, cuando uno ni siquiera estaba buscando un gusto nuevo como es este gusto de que me gustes y que me guste lo que sos y cómo te mueves y cómo besas y cómo caminas por la habitación con tu ropa interior tan negra y tan bien puesta y tan ajustada mientras yo te miro y sigo sin creérmela, sin creer que debo creer en los dioses, al menos en un dios amoroso que te mandó a dar vueltas por la habitación para que yo creyera que todo es bonito, como vos, que caminas por la habitación mientras el mundo y yo ardemos. 

Por si te quedan dudas te diré una y mil veces más que soy blando con tus besos y con tu piel y con tu mirada y con ese cariño que vas dando y que se extraña de una manera tan fuerte que me gustaría que fueras yo por un momento para que supieras lo que te quiero decir y que sintieras cómo ese cariño y esa mirada y esa piel y esos besos se fueron instalando por acá adentro. 


Por si te quedan dudas vuelvo y digo que me encantas con tus poros y tus pecas y tus lunares. Con cada pelo nuevo que te nace y los otros tantos que se te van cayendo y se van escondiendo por ahí para aparecer de sorpresa, como si tuvieras todo planeado para que uno diga “por acá está ella, ¡carajo!, sí es que la quiero mucho”. 


Por si te quedan dudas te recuerdo que te mudaste a canciones y a verbos y a deseos. Que te busco en esquinas y te pruebo en gomitas. Que resultaste siendo nuevas costumbres. Que los atardeceres no son los mismos y hasta los grafitis tienen palabras tuyas. Que eres un diccionario de frases nuevas. Que es lindo buscarte para luego enviarte cosas y decirte “aquí estás”. 


Por si te quedan dudas te lo resumo: la vida es más bonita porque estás. 

UNA INVITACIÓN

Te invito a caminar conmigo y no pisar las rayas del suelo y ponernos penitencias si alguno pisa alguna. Te invito a reírnos en cada cuadra y a parar de improvisto para mirar una vitrina o una nube o al cielo o a esa casa o ese edificio. A quedarnos callados y hablar mucho. Y también a reírnos de nosotros mismos. 

Vamos a esos lugares a los que sabemos que iremos aún sin conocer sus nombres y sus historias y que nuestros pies nos guíen mientras nosotros vamos a otro ritmo. Te invito a ser mi ritmo y yo el tuyo. Vamos a esos lugares cuyos nombres pronunciaremos con ese clic de la felicidad adquirida. 


Besémonos en esquinas nuevas y bajo diferentes cielos. Bajo la lluvia y bajo el sol y debajo de aleros o cuidados por la noche. Caminemos de la mano en ese ritmo que solo dos conocen y comparten. Caminemos juntos a pasos cortos y largos y hacia destinos que no importan porque lo único importante que vale la pena es estar contigo y que estés conmigo. Y que se abra la ruta y se pierda el mapa. Y que paremos a descansar y retomemos. Vayamos juntos, adondequiera que sea que igual eres tú el lugar al que siempre valdrá la pena llegar. 

domingo, 5 de diciembre de 2021

DESPUÉS

 

Encontrémonos después de un tiempo, puede ser en la canción de siempre para que no nos perdamos. Que quien llegue primero espere un rato al otro, lo necesario, y si es del caso dar una vuelta y volver al mismo sitio, hasta que nos crucemos. Encontrémonos cuando hayan pasado unos meses o hagámoslo mil labios después. Cuando ya no contemos días, horas y minutos; cuando el tiempo sea una masa. Cuando hayan pasado varias páginas, varias películas; luego de desayunos en otras camas y de noches que no valieron la pena. De pasos que se dan sin volver la vista. Sin devolver llamadas. Encontrémonos un tiempo después, como si no hubiéramos planeado todo y finjamos sorpresa. Como si no buscáramos al otro en cada espejo, en la mesa para dos de los restaurantes, en las habitaciones temporales, en las canciones nuevas que suenan al otro. Como si no viviéramos en ascensores, en escaleras en mitad de cuadra. Encontrémonos en una playa que oficie de país neutral, en una calle empedrada, en el reflejo del vidrio de una vitrina. En una tienda de chocolates. En un concierto. En un teatro. En una silla de un parque. Encontrémonos un tiempo después de habernos perdido, uno del otro, de nosotros mismos. Y variemos la ruta.