sábado, 6 de abril de 2013

Abril 5



El 2 de abril de 1994 Kurt Cobain escapó del centro de rehabilitación en el que se encontraba en Los Angeles, California. Lo hizo saltando por encima de un muro en la parte de atrás. No tenía por qué hacerlo, nadie estaba obligado a quedarse y quien quisiera irse solo tenía que salir por la puerta, tal como había llegado. 

Se dirigió al aeropuerto y con la tarjeta de crédito de su esposa, Courtney Love -las suyas habían sido bloqueadas por ella-, compró un tiquete de avión para viajar en el vuelo de las 11:30 de esa misma noche hasta Seattle. Ya en el avión se dio cuenta de que su compañero de asiento era Duff McKagan, de Guns and Roses. Tan solo dos años atrás los que ahora conversaban amigablemente en un vuelo nocturno se habían agarrado a puños después de la presentación de ambas bandas en la ceremonia de los premios Mtv.

Aquel día Axl había ofendido a Kurt antes de salir a escena. Era un rencor guardado. Unos meses antes Axl le había propuesto a Cobain la posibilidad de irse de gira junto a Guns and Roses y Metallica, en la que llamarían “Las mejores bandas del mundo”. Kurt le dijo “no, gracias”. Axl, realmente, tenía por qué estar herido en su ego. Por eso, apenas vio al chico de Seattle, de 25 años, tras las bambalinas de la ceremonia, comenzó a insultarlo y a mofarse de él y de su banda.
Nirvana salió a escena e interpretó Lithium. Al final de la canción, en medio de los aplausos y gritos de los fans (contratados por Mtv para que cada artista que suba se sienta un semidios) Krhis Novoselic, bajista, lanzó su bajo hacia el techo esperando agarrarlo con las manos, pero las luces del escenario le impidieron verlo caer y lo recibió con la frente. 10 puntos por dicho error. 10 puntos, no de calificación, sino de sutura. Por su parte Dave Grohl, baterista, pasó al micrófono y en un tono bastante burlesco preguntaba dónde estaba Axl.
Para Kurt Cobain no estaba saldada la ofensa. La venganza del chico nuevo cuál fue? Escupir las teclas del piano justo antes de que Axl saliera a escena a interpretar November Rain. Rose no se dio cuenta de esto sino hasta tocar las primeras notas. 

En el parqueadero de los estudios las dos bandas se encontraron nuevamente. La pelea era fija. El que envió el primer golpe fue McKagan y quien lo recibió fue Novoselic –su segundo golpe de la noche-. La gresca terminó rápido gracias a los guardias de seguridad.

De regreso al avión, Cobain y McKagan conversaban tranquilos. En la mente del segundo podría haber rencor –quién sabe-, en la del primero ya no había nada. Todo era un enorme vacío. Conversaron sobre drogas, música, sobre la vida. McKagan, para entonces, ya había pasado por rehabilitación y estaba sobrio. También hablaron de eso. Al llegar a Seattle, Duff le ofreció a Cobain llevarlo en su limusina, éste aceptó. Quedo de ir a recoger sus cosas y encontrarse en la entrada pero nunca llegó. McKagan no le dio importancia y se fue.

Cobain se dirigió a casa, dejó sus cosas y salió a dar unas vueltas por la ciudad que él mismo se había encargado de volver famosa. Visitó a Novoselic, quien se sorprendió por verlo allí. Se supone que debería estar en rehabilitación. Lo aconsejó, le dijo que debía cuidarse, recuperarse. Kurt asintió, como hacía siempre que alguien le recomendaba lo mismo. No importa que fuera su esposa, su mejor amigo, su madre, Michael Stipe o el mismo Lennon si se le apareciera, a todos les decía "sí, lo haré" y se iba dejándolos con la esperanza en la cabeza.

Así dejó a Novoselic.
Luego buscó a su dealer de confianza y le pidió que le vendiera un poco de heroína, pero éste se negó. Tenía la orden de no vernderle nada a Cobain. Después del intento de suicidio de Roma, dos semanas atrás, Courtney Love había hablado con todas las personas que podían relacionarse con Cobain para advertirles sobre lo que éste podría hacer. El miedo, ahora sí, era real.

Un poco furioso, Kurt se fue a caminar por ahí. Fue su dealer la última persona que lo vio con vida. No se sabe bien qué pasó entonces, pero más o menos la historia es algo así:

Durante esos 2 últimos días (3 y 4 de abril) Kurt Cobain deambuló por Seattle buscando a sus amigos y un poco de droga. El 4 de abril, su dealer se negó a venderle. Fue el último, al menos documentado, que lo vio con vida.

En algún momento de ese 4 de abril, Kurt regresó a su casa y se encerró en el invernadero, un lugar retirado de la casa principal y al que nadie iba regularmente. Cuenta la leyenda que Courtney Love, al enterarse de la salida de Cobain del centro de rehabilitación, contrató un detective privado que estuvo buscando a Cobain por todo Seattle, incluso en su propia casa. Ni el detective tuvo la precaución de ir al invernadero.

El 5 de abril, pudo ser en la mañana, tarde o noche, Cobain no soportó más ser parte de este mundo. Estaba cansado, aburrido, decepcionado de él mismo. Nunca quiso la fama, de hecho, la aborrecía. A lo mejor recordó esa presentación de los Mtv y se odiaba por tocar frente a fanáticos de mentiras, de esos que te gritan sin saber qué estás cantando. Por eso habia decidido desde varios años atrás no volver a tocar en conciertos Smell like teen spirit, la canción que había puesto el mundo a sus pies. De vez en cuando, si estaba de buen humor en algún concierto, tocaba los primeros acordes de ésta y apenas oía los gritos, se detenía y echaba a reír. Odiaba ser un tipo famoso.

Se sentó cerca de la entrada principal del invernadero y escribió una carta hermosa que todos leyeron como nota de suicidio. En ella pedía perdón, no por lo que iba a hacer, sino por haberse convertido en lo que era. A Kurt no le importaba lo que pensaran de sus intenciones suicidas, de hecho ni nuevas eran (tenía una fijación con el tema desde los 12 años. En sus diarios escribía constantemente sobre esto).

Dejó la carta en el suelo, clavó el lapicero en una matera, tomó su escopeta e ingresó en el Club de los 27 (los que se fueron a los 27 años), del que ya hacían parte Hendrix, Joplin, Morrison y Brian Jones. Con ese disparo Cobain logró lo que nunca quiso: ser inmortal.

3 días después, el 8 de abril, un electricista contratado para hacer unos arreglos en la casa tuvo que ir al invernadero. Al entrar se topó con lo que creyó era un muñeco. 
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(Este es el texto traducido de la carta encontrada junto al muñeco)

Para Boddah: 

Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería de ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk-rock que he ido siguiendo a lo largo de estos años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto.

Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo Rock'n'Roll. Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del publico, a mi no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo  De hecho no os puedo engañar, a ninguno de vosotros. Simplemente no seria justo ni para vosotros ni para mí.

Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme Señor, pero no es suficiente). Soy consciente de que yo, nosotros, hemos gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño. En estas tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mio! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! 

Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho a como había sido yo. Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general... Sólo porque a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. 

Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión. Y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente. 

Paz, amor y comprensión. 

Kurt Cobain 

Frances y Courtney, estaré en vuestro altar. 

Por favor Courtney, sigue adelante, por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!

1 comentario:

  1. No sé si te has leido el informe donde tratan de demostrar que Courtney Love fue la culpable de la muerte de Kurt y que todo fue bastante extraño, de hecho el detective que contrato luego se fue en contra de Courtney y sigue la investigación http://www.cobaincase.com/. En fin buen escrito, de una muerte quizás nunca se sabra como fue :)

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