jueves, 9 de septiembre de 2021

IMPULSO

 Pongamos que más que estrategia soy impulso, que no se me da muy bien eso de medir los pasos sino que me lanzo a la carrera, confiado, de súbito. Pongamos que no he sabido cómo ha sido esto de quererte, ni en dónde, ni desde cuándo, ni por qué. Digamos que lo fui haciendo y así como ha llegado me ha gustado. Que te he querido como algo recién descubierto, como el paisaje que aparece después de la curva, como el sabor que parece nuevo. Que si me preguntan que por qué sé que te quiero puedo decir que sigo buscando y no porque dude, sino porque sé que todavía puedo encontrar razones. Que podría decir que los corchos protegen sabores y guardan miradas. Que tengo amores conservados en bolsas a las que no llegaron bolitas. Diría que hay carreteras que llevan tu sonrisa. Que los hombros también extrañan. Que las almohadas no solo escuchan. Que los dedos buscan, como las bocas, como los besos. Que tengo un cuarto de sanalejo lleno de cachivaches, de minucias, de jabones para la cara, soles del mediodía y abrazos para el sueño, entre tantas otras cosas. Que hay olores que te cambian la ruta si es que creías que ibas hacia algún lado. Que el teclado sonríe por el destinatario. Los ojos con el remitente. Que aparecen sorpresas que siguen sorprendiendo. Que hay fotos que quisiera tomar mil veces. Que hay lugares que serán más bonitos con tu sombra y la mía, en el suelo, en una esquina; dependiendo del sol y de la tarde y de las luces. Que hay lunares que ya son destino. Pongamos que soy impulso, pero es que no se me da muy bien eso de medir los pasos. Con vos lo que provoca es caminar.

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